
Informe del mercado energético – septiembre 2025

Cambio de hora y ahorro energético: ¿una medida obsoleta en 2025?
Diez años sin el impuesto al Sol: ¿hemos aprendido la lección?
Hace diez años, el 10 de octubre de 2015, España aprobó el tristemente célebre impuesto al Sol, una medida que frenó de golpe el avance del autoconsumo fotovoltaico y que sigue siendo un símbolo de lo que no debe repetirse en política energética. En un país con uno de los mayores recursos solares de Europa, este peaje al autoconsumo desincentivó la inversión, paralizó la instalación de sistemas solares en hogares e industrias y generó desconfianza en todo un sector que empezaba a despegar.
Hoy, diez años después del impuesto al Sol, es momento de reflexionar: ¿hemos aprendido la lección?
Una década condicionada por decisiones que frenaron el desarrollo solar
La implantación del llamado peaje de respaldo supuso un serio obstáculo para el despliegue del autoconsumo fotovoltaico en España, en un momento en que la tecnología, el recurso solar y el interés social ya estaban alineados. En lugar de aprovechar una oportunidad clara de industrialización verde, generación distribuida y ahorro energético, el país entró en una fase de parálisis regulatoria que retrasó su posicionamiento en el nuevo modelo energético.
En 2018, la potencia instalada en autoconsumo apenas superaba los 400 MW, una cifra muy por debajo de la registrada en países como Alemania, Italia o Países Bajos, que sí apostaron por marcos estables y mecanismos de fomento.
El resultado fue evidente: una ralentización evitable del sector, pérdida de competitividad y una desventaja que aún hoy estamos corrigiendo. Afortunadamente, el contexto actual es muy distinto y ofrece la oportunidad de consolidar un camino sólido, con reglas más claras y mayor madurez tecnológica y social.
2018: el punto de inflexión del autoconsumo fotovoltaico
La derogación del impuesto al Sol en 2018 marcó el inicio de una nueva etapa. Desde entonces, el autoconsumo fotovoltaico en España ha crecido exponencialmente, alcanzando más de 10.000 MW instalados en 2025, según datos de UNEF.
Sin embargo, el crecimiento reciente ha comenzado a ralentizarse. Los informes de APPA Renovables y la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) apuntan a un descenso del 31% en nuevas instalaciones y a la necesidad de medidas que devuelvan dinamismo al sector.
Los motivos son múltiples:
- Retrasos administrativos.
- Percepción de precios bajos de la electricidad.
- Dependencia de subvenciones discontinuas.
- Falta de estabilidad normativa y visión a largo plazo.
Del autoconsumo al autoconsumo inteligente
La experiencia del impuesto al Sol demuestra que el éxito del autoconsumo no depende solo de la tecnología, sino de la seguridad regulatoria.
El sector necesita normas previsibles, procesos ágiles y marcos de incentivos coherentes que generen confianza en empresas, particulares y comunidades energéticas.
Cada cambio brusco en las reglas del juego se traduce en proyectos detenidos, inversiones paralizadas y oportunidades perdidas.
Una visión a largo plazo para la transición energética
El autoconsumo fotovoltaico no debe ser visto como una moda ni como una inversión táctica a corto plazo, sino como una infraestructura energética estratégica.
España tiene la oportunidad de consolidar un modelo descentralizado, participativo y competitivo, donde hogares, pymes y comunidades energéticas sean protagonistas de la transición energética.
Y eso solo se consigue con una política estable, visión industrial y acompañamiento técnico especializado.
Diez años sin el impuesto al Sol, pero con la memoria muy viva
Diez años después del impuesto al Sol, el sector fotovoltaico en España ha madurado y dispone de la tecnología, el conocimiento y el respaldo social necesarios para consolidar un modelo energético más eficiente e independiente. Pero para no repetir errores del pasado, es clave avanzar con planificación, visión estratégica y rigor técnico. Hoy, el verdadero reto no es solo instalar paneles solares, sino diseñar soluciones integrales que optimicen consumos, integren almacenamiento y generen valor a largo plazo. En este contexto, la consultoría energética especializada juega un papel esencial: convertir cada proyecto de autoconsumo en un activo rentable, resiliente y alineado con los objetivos ESG y los mecanismos como los Certificados de Ahorro Energético (CAE).





